Ya han pasado algunas telenovelas que he visto a lo largo del año de las que no hable no por cuestiones de tiempo más que nada. Sin embargo, con La Esposa Virgen que se emitió recientemente en el Canal TLNovelas.
Salvador Mejía produjo la telenovela en 2005 como un tapón entre su reciente éxito La Madrastra y la nueva gran producción de Televisa, Alborada. Un caso curioso de telenovela al vapor debido a su producción y elenco, donde se encontraba Adela Noriega como protagonista en su regreso después del boom de Amor Real.
En su momento se le consideró un fracaso y una mala telenovela en general, obvio para estándares del 2019 (en especial de su productor) es una joya, aunque yo la vi de niño por esos ayeres. Con un visionado actual ¿realmente era tan mala como dicen? ¿por qué no pudo cumplir con las expectativas?
Lo Bueno
Para ser una producción menor, la telenovela contó con unas buenas escenografías y locaciones. Si algo tenía Mejía a diferencia de otros productores que hacen telenovelas de haciendas es que las suyas si mantenían un cierto grado de naturalismo, como lo hizo en Abrázame muy fuerte y Mariana de la noche. Muy al contrario de Carlos Moreno o Jorge Alberto Castro donde sus haciendas las trabajan modelos de calzones y personas que nunca se ensucian.
Probablemente La Esposa Virgen se alejó un poco para entrar a un territorio más fantasioso. No es nada nuevo el fetiche raro que tiene este productor por el surrealismo en sus telenovelas (dicho de forma no irónica).
Aquí tenemos un pueblo atemporal donde la tecnología no existe, pero nunca se nos establece un periodo histórico específico y así se pueden mantener ciertos arquetipos. Pero a diferencia de Lo Imperdonable, por ejemplo, aquí se mantiene de manera consistente, digamos que respeta sus reglas establecidas. Entre los campos, minas, los personajes costumbristas, los parques e incluso las narraciones aunque un tanto literarias, si le aportan un tono de cuento.
La musicalización es otro instrumento a favor, excelentes composiciones, edición y montajes bastante bien ejecutados, logran una buena ambientación. Por supuesto esto incluye el increíble tema de entrada, uno de los mejores en lo que vamos del siglo.
En cuestión de actuaciones; veo muy bien ambos galanes aunque ninguno perfecto ni en personaje, ni en ejecución. Jorge Salinas pecó por tener nula química con Noriega, pero el porte de galán macho alfa con ínfulas de romantico melancolico no se lo quita nadie. Mientras que Sergio Sendel aunque tuvo mejor suerte con la heroína pero sufre por tener un personaje que molestaba por algunas actitudes nocivas. De ahí en fuera se salvan algunas actuaciones como de Natalia Esperon, Arleth Terán o Rubén Morales, no solo por sus escenas pero sus personajes cumplieron con el tono de cuento telenovelero.
Lo Malo
¡Todo lo demás!
Adela Noriega actuó como le dio la gana, tampoco la puedo culpar cuando su personaje no fue más que un mueble que hasta parecía un secundario. Ni siquiera lloró tanto, estaba claro que Salvador Mejía, quien tiene fama de copiarle cosas a Carla Estrada, vio el éxito de Amor Real y quiso hacer su triángulo amoroso atemporal pero pues ni al caso.
Los villanos de Roberto Ballesteros y Livia Aragón fueron terribles, no aportarón nada más allá de una escenas disque sexuales que solo provocaron lastima. Era de pena ajena ver a Aragón de dominatrix come hombres donde hasta mata a uno de esos miles de antagonistas inútiles que tuvo la telenovela.
Luego sus flashbacks del pasado con el General Ortiz (Ignacio López Tarso) eran risibles a más no poder. Sencillamente no era posible que no encontraran actores para interpretar sus versiones jóvenes, entiendo que algunos pudieron ser de no hace mucho tiempo, pero hubo unos donde hasta a Alma Muriel nos la vendieron de jovencita virginal.
Entre el reparto se dejó a relucir la mediocre dirección actoral. Sebastián, el niño co-protagonista no pasaba de ser un chiquillo molesto e insufrible. Cesar Evora pasó de ser un galanazo en La Madrastra a un vagabundo cuentero y amnésico, con un tono que no supo encontrar, intentando emular al Bobo Melesio en Esmeralda (también de Mejía) solo que aquí eso sencillamente no se logró. La otra niña Kendra Santacruz, fue el mismo caso. Un tono fresita que aunque lo justifican con que se fue a internado fuera del pueblo, desentonaba muchísimo con el resto, más cuando su romance con un muchacho lo musicalizaban con una cancion de Reik.
Pero el peor pecado fue sencillamente la adaptación, la trama por si sola pudo mantener un buen melodrama y eso que era cortita. Desgraciadamente después de unos buenos capítulos iniciales donde se nos establecen bien todos los elementos, pasamos a una etapa donde la historia se estanca porque a los escritores se les ocurría una nueva estupidez.
Un ejemplo es la participación de los gemelos Daniel y Gabriel (Jorge y Antonio Brenan), el cual es otro fetiche de Salvador Mejía, uno bueno y el otro malo. El bueno corteja a Virginia y el malo es una especie de narco aliado con los villanos. Pues ¿que creen? el villano central los mata a ambos ¡al tercer capítulo de haber salido! Además de una amiga de Olga (Terán), la cual por cierto le deja un buena herencia que luego nos salen con que no puede disfrutarla del todo.
O el disque enamoramiento de Marisol por el Fernando, obvio era solo un crush de adolescente, lo que causo que tuviera un especie de rencor hacia Virginia pues este está interesado en ella. Pero tal parece que en un capítulo todo se tira por la borda y resulta que ya le gusta un chico de su edad. No digo que esto sea malo sino, me refiero a como los libretistas nos avientan ideas para posibles dramas que no se desarrollan del todo, solo nos hacen perder el tiempo.
Y así se la pasan sacando subtramas y personajes de más, de los que no aportan nada a la trama principal, parece los escritores se retractan y desechan. Lo cual aburre porque porque no permiten que la audiencia se familiarice, recordemos que no es una serie, sino una telenovela con la que pasaremos más de tres meses. A eso le sumamos los otros errores y pues vamos mal.
Debido a ello la etapa final se torna aburrida, los secretos revelados no nos importan porque tampoco es que hayan sido muy sutiles para crear sorpresa, así como los personajes que ya nos valen. De ahí no se les ocurrió otra cosa más que matadera al por mayor, incluyendo a uno de los galanes, solo para crear una cierta expectativa y tener un final poco convencional, aunque aun así terminó en boda.
Conclusión
A pesar de todo el hate que me ven destilar, no deteste la telenovela, a lo mucho me decepcione bastante porque ni siquiera llegó a ser gran circo para entretener. Tiene buenas cosas pero son eclipsadas por sus fallos que van desde los libretos y pues desde ahí no hay mucho por salvar. Es una tristeza que a pesar del dineral que le dieron a Mejía a este nunca se le olvidó que estaba haciendo una producción al vapor. Su reciente retransmisión la considero buena... buena para recordar que uno de sus errores del ayer queda como algo decente frente a todo lo que ha hecho en la década presente.
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